lunes, 12 de octubre de 2009

A QUIEN PUEDA INTERESAR

A QUIEN PUEDA INTERESAR

LA “CONSTELACIÓN FAMILIAR”
CON ADRIANA


El objeto de estas líneas es comentar mi experiencia en un taller de constelación familiar realizada por Adriana el 20 de junio del año en curso.

Se trata de un procedimiento a nivel espiritual, destinado a revisar las relaciones familiares a lo largo del tiempo, de reconciliarse, a través del afecto, del perdón, con aquellos que por uno u otro motivo quedaron distanciados, y de agradecer a nuestros padres, la vida que nos dieron, independientemente de la relación –cercana o distante- que con ellos tengamos o hayamos tenido.

Pero permítanme, presentarme.
Soy médico internista con una buena preparación en psiquiatría, y estudioso de las corrientes espirituales orientales.

Actualmente estoy jubilado, desde 1988.
Durante 30 años ejercí funciones docentes a medio tiempo, en la Cátedra de Medicina Tropical de la Universidad Central. Durante esos mismo 30 años, a tiempo completo, estuve al frente del Departamento de Gastroenterología del Hospital Central de las Fuerzas Armadas “Dr. Carlos Arvelo”. Durante 3 años trabajé en el Hospital Universitario de la Ciudad de Hamburgo, Alemania. Durante 12 años, después de mi jubilación, fui el editor del ”Boletín Informativo de la Dirección de Sanidad de las Fuerzas Armadas”.

Ocasionalmente escribo para la revista ZETA, artículos sobre temas médicos. En los últimos años me he dedicado a lo cultural.

En la sala de quimioterapia, conocí un mundo nuevo. Quienes allí asisten son seres humanos, en todo el sentido de la palabra, sin máscaras, sin ego. Allí aflora el SER, esa esencia inmortal en cada uno de nosotros, que es amor. Es por ello, que el amor nunca envejece ni muere; es eterno.
Normalmente a nuestro SER no lo llegamos a conocer; el ego y la mente lo impiden. Alcanzarlo es el objetivo de la meditación al estilo oriental

Allí, en esa sala, personas totalmente desconocidas, si uno va solo, le buscan un cafecito, o el paciente de al lado le presta temporalmente sus audífonos, para disfrutar de un ratito de música. Resumiendo, allí la posición social, los títulos que se tengan o la riqueza material, pasan a ser ceros a la izquierda.

Esa experiencia, mas otras decepciones como venezolano, provocaron en mi, un cambio radical: de la dedicación a lo científico, pasé a dedicarme a lo que en la vida tiene importancia trascendental a nivel espiritual, a la lectura, a la poesía, la música, a disfrutar de la naturaleza, a escribir, y a desarrollar amistades, con intereses similares.

A Adriana, Adry, la conocí por Internet hace unos 6 años, a través de sus mensajes, “comunitarios” esencialmente de índole espiritual, muy bellos, románticos a veces, que regularmente, gratuitamente enviaba. Creo haber entendido, que su lista de correos llegaba a dos mil.

Nunca he sabido como obtuvo mi dirección electrónica, para incluirme en su lista. Aprovecho a estas alturas la oportunidad para expresar, de acuerdo a mi experiencia de toda una vida, que las casualidades no existen.

Consideré, como una mínima expresión de cortesía, darle las gracias por los correos que regularmente me llegaban. Así, hace 5 años; el 16 de septiembre del 2004, le escribí y ella escuetamente, en apenas una línea, me respondió. De allí en adelante, ocasionalmente nos comunicamos, exclusivamente por Internet. Surgiendo así a la larga, una amistad virtual

Cuando me habló con entusiasmo de su dedicación a las constelaciones familiares, me interesé por esta actividad espiritual. A ella se le ocurrió entonces, invitarme para el evento del 20 de junio. Asistí; allí la conocí personalmente, nunca nos habíamos visto.

Éramos alrededor de unas 30 personas. La gran mayoría no se conocían. Pero gracias a la excelente actuación de Adriana, al final, el ego había desaparecido, dando paso,sin conocernos, a un clima de hermandad extraordinario; como si hubiese existido una amistad de toda la vida.

Era el mismo clima de la sala de quimioterapia, pero en un grupo mayor, y lo que es mas importante, ese clima se había logrado… no en personas que han recibido el aviso, de que su pasantía por este mundo está por terminar, sino en personas físicamente sanas.

Afectuosamente, quiero felicitar a Adriana.
En este mundo de egoísmos y odios, toda iniciativa dirigida a despertar el amor, merece el mas alto reconocimientos y la mas alta recomendación.

Caracas 7 de octubre del 2009.

Miguel A. Römer R.

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