miércoles, 11 de noviembre de 2009

CAMBIAR DEBER POR QUERER

CAMBIAR DEBER POR QUERER

La palabra DEBER, que nos inculcan desde muy temprana edad,
limita nuestra libertad, de SER
… y cualquier limitación de ella,
es fuente de malestar,
un malestar… al cual nos han ido acostumbrando.

Entendemos por DEBER,
algo que hemos hacer, o un comportamiento que debemos adoptar,
nos guste o no.
Generalmente se trata de algo, no acorde con lo que deseamos.
Así cuando vamos a hacer algo, o tomar una actitud que nos place,
esa palabra no la usamos.

No es lo mismo quiero cantar, que debo cantar.
No es lo mismo “debo ir al automercado”,
que “quiero ir al automercado”.

Con la palabra DEBER, al niño se le va deformando,
moldeándolo, de acuerdo a la conveniencia,
de quienes integran la sociedad.

Este concepto lleva implícita la hipocresía,
porque cuando se incumple,
uno de los tantos deberes que nos impusieron,
si se quiere evitar una descalificación,
o una sanción a cualquier nivel,
lo mas conveniente es ocultar el “pecado”.

Este concepto, esta palabra,
conspira contra la felicidad de cada uno,
Nos divide entre lo que SOMOS
y lo que DEBEMOS SER.

Al final –salvo raras excepciones-
quedamos convertidos, en lo “que debemos ser”,
de acuerdo a la opinión, de quienes liderizan la sociedad,
de acuerdo a sus intereses.

Queda así limitada, encasillada,
la libertad personal.
y comenzamos a usar máscaras,
para ocultar,
lo que realmente somos.

Se llega al exabrupto,
cuando –a través de la palabra DEBER,-
se ordena AMAR,

Cuando se ordena, por ejemplo,
que debemos amar a nuestros padres.

El amor es un sentimiento, viene del corazón,
nace espontáneamente,
no se lo puede imponer,
es independiente, está mas allá de la razón.

Si nuestros padres no han sido capaces,
de inspirarnos amor hacia ellos,
si esencialmente se han ocupado… de inculcarnos deberes,
¿cómo los vamos amar?

Entonces, para cumplir con ese DEBER,
para quedar bien ante nosotros,
pero sobre todo antes los demás,
aparentamos que los amamos,
eventualmente, regalándoles cosas materiales,
… exentas de cariño.
¿De que valen?
Se trata –ni mas ni menos- de una farsa.

El amor
-como bien dice la canción española-
“ni se compra ni se vende”

¿Qué tal si cambiamos la palabra DEBER por QUERER?
¿Si enseñamos a los niños,
a AMAR lo que DEBEN hacer?
¿Si les ensañamos, que ir al automercado,
puede ser una vivencia placentera?

Para lograrlo… iremos “con cuerpo y alma”,
olvidando por completo el reloj,
ocupando la mente tan intensamente, en lo que estamos haciendo,
de manera tal... que la posibilidad no tenga,
de importunarnos, con pensamientos parásitos.
Esto solo es posible, cuando hacemos algo con amor.

Si en vez de decirle al niño:
“Debes escribirle una cartica a tu tía,
que dentro de algunos días tiene cumpleaños”
le hubiésemos sembrado amor por esta tía,
eventualmente, espontáneamente,
le escribirá esa cartica.
Pero si la cartica se escribe por DEBER,
será una formalidad sin valor alguno.

Si a un niño se lo obliga a saludar a sus abuelos -por ejemplo-
hacerlo bajo presión, por DEBER,
no tiene sentido.

A veces no lo hacen, porque están distraídos.
Hay que enseñarlos a que solo se aceptan saludos por cariño,
dándole un fuerte abrazo, que lo haga sentir bien,
que lo haga sentir que es querido.

Si se lo regaña, por no haber saludado,
por no haber cumplido con el DEBER de hacerlo,
lo estamos descalificando,
le estamos diciendo que es MALO.

Pienso,
que sembrando amor y mas amor en el corazón del niño;
amor por todo lo que haga –así sea tender su cama-
amor por las personas, por la naturaleza,
por el universo, por Dios,
podríamos eliminar la palabra DEBER,
y tendríamos un mundo mas armónico, mas feliz.
MAR.

martes, 27 de octubre de 2009

AMOR DE VERDAD... MAS ALLÁ, MUCHO MAS ALLÁ DE LO SEXUAL VA.

AMOR DE VERDAD… MAS ALLÁ, MUCHO MAS ALLÁ, DE LO SEXUAL VA.

El placer de la relación sexual fue creado,
con un fin determinado;
en el universo... todo ha sido planeado.

Era imprescindible, para la perpetuación de la especie.
Sin él… la humanidad no existiría.

A los fines expuestos, creado fue el celo,
para que esta actividad ocurriese,
en el momento mas oportuno, para la fecundación.

También existe en el hombre …
con las feromonas correspondientes,
para la excitación sexual.
Que el hombre primitivo percibía,
cuando sus sentidos… a la perfección servían;
cuando con perfumes... no se las disimulaba.

Con la atrofia de ellos, y el desarrollo de la mente,
el hombre de sus instintos se fue liberando,
y su actividad sexual se extendió,
mas allá de lo natural.
De instintiva, para la perpetuación de la especie.
su gozo… al primer plano pasó.

En el Bhagavat-gita, hace 5000 años,
Lord Krishna, el Ser Supremo, insistía,
en dar a la actividad sexual, y al correspondiente placer,
el puesto que les correspondía;
no abusando de ellos… no convirtiéndolos en lujuria.

En el cristianismo a esta actividad se la sataniza,
cuando lugar... fuera del matrimonio tiene.

A esta fuerza tan inmensa… convertirla en tabu,
un fatal error ha sido.
Nada con ello se ha conseguido,
como no haya sido,
abrir las puertas a la falsedad… a la hipocresía;
a la pornografía.

Es que nada hay tan atractivo…
nada que a desmedidas fantasías de lugar...
como lo misterioso, como lo prohibido.

Vayamos ahora al objeto de estas líneas:
deslindar el amor de lo sexual.

Llamemos deseo… al zoológico instinto sexual,
y llamemos amor… a algo que mucho mas allá va.

El deseo funciona a través del intelecto, de la mente, de la razón,
y para su satisfacción
palabras bellas y máscaras y ardides de todo tipo,
se utilizan.

Mas abajo… en el corazón,
está el reino de los sentimientos, del amor.
Su lenguaje es el silencio… es confiable.
Solo será percibido… por quienes en capacidad estén,
de ese silencio descifrar;
independientemente de la actividad sexual.

Es que…
no es que el amor dependa de la actividad sexual,
de que ella lo primario sea;
es a la inversa…
la actividad sexual es secundaria,
subordinada al amor.
Hasta el punto… de que el amor, sin ella,
puede existir y prosperar.

Lo sexual es temporal, pasajero…
eterno es... el amor verdadero.

Amor es la fusión de dos almas en una,
en silencio,
en ausencia del ego… en ausencia de la mente;
es mirar juntos... en una misma dirección.

El amor verdadero, consiste en dar;
la recompensa es... el placer que el dar produce.
Se es feliz dando… sin nada a cambio esperando.

Pero… para dar hay que tener.
Es mas que evidente…
que dar lo que no se tiene, posible no es.

En consecuencia, solo amor podrá dar…
quien amor por sí mismo tenga.

De allí la importancia, de allí lo primordial,
tal como una vez en otro escrito dijimos,
de que después del amor a Dios,
el amor a sí mismo... ¡el primer lugar lo ha de ocupar!

Quien a sí mismo se ama,
egoísta no es... carece de ego.

“Ama a tu prójimo como a ti mismo”.

Cuando amor a sí mismo abunda,
no solamente hay para repartirlo, a una o mas personas,
a solo un paso se estará... de integrarse al amor universal.

Y se podrá disfrutar... amando a los árboles, las flores,
las aves, las montañas, los ríos,
al sol, a la luna, las estrellas… y hasta a las piedras.

Y será posible entender,
que somos UNO con el universo,
que hermanos somos... de todo cuanto existe.

Que somos UNO con Dios... con la Conciencia Universal,
con la Existencia.

Mirando al amor desde estas perspectivas,
¿donde ha quedado lo sexual?

Miguel A. Römer R.










lunes, 12 de octubre de 2009

A QUIEN PUEDA INTERESAR

A QUIEN PUEDA INTERESAR

LA “CONSTELACIÓN FAMILIAR”
CON ADRIANA


El objeto de estas líneas es comentar mi experiencia en un taller de constelación familiar realizada por Adriana el 20 de junio del año en curso.

Se trata de un procedimiento a nivel espiritual, destinado a revisar las relaciones familiares a lo largo del tiempo, de reconciliarse, a través del afecto, del perdón, con aquellos que por uno u otro motivo quedaron distanciados, y de agradecer a nuestros padres, la vida que nos dieron, independientemente de la relación –cercana o distante- que con ellos tengamos o hayamos tenido.

Pero permítanme, presentarme.
Soy médico internista con una buena preparación en psiquiatría, y estudioso de las corrientes espirituales orientales.

Actualmente estoy jubilado, desde 1988.
Durante 30 años ejercí funciones docentes a medio tiempo, en la Cátedra de Medicina Tropical de la Universidad Central. Durante esos mismo 30 años, a tiempo completo, estuve al frente del Departamento de Gastroenterología del Hospital Central de las Fuerzas Armadas “Dr. Carlos Arvelo”. Durante 3 años trabajé en el Hospital Universitario de la Ciudad de Hamburgo, Alemania. Durante 12 años, después de mi jubilación, fui el editor del ”Boletín Informativo de la Dirección de Sanidad de las Fuerzas Armadas”.

Ocasionalmente escribo para la revista ZETA, artículos sobre temas médicos. En los últimos años me he dedicado a lo cultural.

En la sala de quimioterapia, conocí un mundo nuevo. Quienes allí asisten son seres humanos, en todo el sentido de la palabra, sin máscaras, sin ego. Allí aflora el SER, esa esencia inmortal en cada uno de nosotros, que es amor. Es por ello, que el amor nunca envejece ni muere; es eterno.
Normalmente a nuestro SER no lo llegamos a conocer; el ego y la mente lo impiden. Alcanzarlo es el objetivo de la meditación al estilo oriental

Allí, en esa sala, personas totalmente desconocidas, si uno va solo, le buscan un cafecito, o el paciente de al lado le presta temporalmente sus audífonos, para disfrutar de un ratito de música. Resumiendo, allí la posición social, los títulos que se tengan o la riqueza material, pasan a ser ceros a la izquierda.

Esa experiencia, mas otras decepciones como venezolano, provocaron en mi, un cambio radical: de la dedicación a lo científico, pasé a dedicarme a lo que en la vida tiene importancia trascendental a nivel espiritual, a la lectura, a la poesía, la música, a disfrutar de la naturaleza, a escribir, y a desarrollar amistades, con intereses similares.

A Adriana, Adry, la conocí por Internet hace unos 6 años, a través de sus mensajes, “comunitarios” esencialmente de índole espiritual, muy bellos, románticos a veces, que regularmente, gratuitamente enviaba. Creo haber entendido, que su lista de correos llegaba a dos mil.

Nunca he sabido como obtuvo mi dirección electrónica, para incluirme en su lista. Aprovecho a estas alturas la oportunidad para expresar, de acuerdo a mi experiencia de toda una vida, que las casualidades no existen.

Consideré, como una mínima expresión de cortesía, darle las gracias por los correos que regularmente me llegaban. Así, hace 5 años; el 16 de septiembre del 2004, le escribí y ella escuetamente, en apenas una línea, me respondió. De allí en adelante, ocasionalmente nos comunicamos, exclusivamente por Internet. Surgiendo así a la larga, una amistad virtual

Cuando me habló con entusiasmo de su dedicación a las constelaciones familiares, me interesé por esta actividad espiritual. A ella se le ocurrió entonces, invitarme para el evento del 20 de junio. Asistí; allí la conocí personalmente, nunca nos habíamos visto.

Éramos alrededor de unas 30 personas. La gran mayoría no se conocían. Pero gracias a la excelente actuación de Adriana, al final, el ego había desaparecido, dando paso,sin conocernos, a un clima de hermandad extraordinario; como si hubiese existido una amistad de toda la vida.

Era el mismo clima de la sala de quimioterapia, pero en un grupo mayor, y lo que es mas importante, ese clima se había logrado… no en personas que han recibido el aviso, de que su pasantía por este mundo está por terminar, sino en personas físicamente sanas.

Afectuosamente, quiero felicitar a Adriana.
En este mundo de egoísmos y odios, toda iniciativa dirigida a despertar el amor, merece el mas alto reconocimientos y la mas alta recomendación.

Caracas 7 de octubre del 2009.

Miguel A. Römer R.

viernes, 21 de agosto de 2009

¿SER FELICES QUEREMOS?


¿SER  FELICES QUEREMOS?

Todos dicen que ser felices  desean
¿Habrá acaso uno que diga lo contrario?
Si sinceros  somos:
¿porqué el camino inverso transitamos?

Levantarse a la carrera y a la carrera despachar el desayuno:
¡A la felicidad no conduce!

Apurado al trabajo, a último minuto llegar:
¡A la felicidad no conduce!

Solo las cosas bajo presión hacer,
dejando todo para mañana, o para nunca:
¡A la felicidad no conduce!

No haber tenido la mente despierta,
para la imagen cambiante del cielo disfrutar,
de sus nubes viajeras, de sus blancos y grises,
de su brillo  y sus sombras:
¡A la felicidad no conduce!

No mirar con simpatía, de la gente el rostro:
¡A la felicidad no conduce!

Abstenerse del amor a su familia, y a sus amigos expresar:
¡A la felicidad no conduce!

Captar y comentar solo lo negativo,
menospreciando lo positivo.
¡A la felicidad no conduce!

Las noticias en los diarios, en la radio y en la televisión:
¡A la felicidad no conducen!

Asistir a eventos sociales por formalidad o conveniencia:
¡A la felicidad no conduce!

Importancia darle a la opinión de los demás,
máscaras utilizando de acuerdo a ellas:
¡A la felicidad no conduce!

La televisión como droga, para de la realidad escapar:
¡A la felicidad no conduce!

Dar prioridad a la razón…
por encima del corazón
¡A la felicidad no conduce!

No disponer de tiempo para la actividad física:
¡A la felicidad no conduce!

Permitiendo la interferencia de la mente
…con lo que estemos haciendo:
¡A la felicidad no conduce!

Los pre-juicios y las pre-ocupaciones:
¡A la felicidad no conducen!
 
Constantemente mirando al reloj,
¡A la felicidad no conduce!

Solo el presente es eterno:
no vivir  a fondo cada minuto, cada segundo:
¡A la felicidad no conduce!

Darle a la vida una excesiva importancia
…desconociendo…
que actores temporales de un melodrama  somos:
¡A la felicidad no conduce!

Atender al teléfono,
prejuzgando de la llamada su importancia:
¡A la felicidad no conduce!

Una mente tensa, temerosa, angustiada:
¡A la felicidad no conduce!

La indisciplina y el desorden:
¡A la felicidad no conducen!

No disponer de tiempo para la buena música, la buena lectura,
de tiempo para la familia, para los hijos en especial:
¡A la felicidad no conduce!
No disponer de tiempo,
 para del canto de los pájaros disfrutar,
del susurro del viento, del sol de la luna y las estrellas,
de las montañas, de los ríos, del mar…
y paremos de contar
¡A la felicidad no conduce!

No disponer de tiempo para vivir…
disfrutando de nuestra existencia:
¡A la felicidad no conduce!.
 
Claros hay que estar y sinceros admitir debemos,
que de la felicidad, ni la menor idea tenemos. 
Al no entender…
 que dentro de nosotros está.
¡y por fuera la buscamos!
 
No entendiendo que para hallarla…
cada día debemos configurar;
…y que para ello…
 un esfuerzo habremos de realizar.

Buscándola en lo material, en la posición social
¡jamás la habremos de encontrar!
 
Como una bella, casta y atractiva doncella,
 …solo se habrá de entregar…
si con tesón y constancia la logramos de verdad amar.

ANTARES


20 de enero del 2005








miércoles, 12 de agosto de 2009

IRENE III EL MATRIMONIO



“Sueños de Antares”


IRENE III
El matrimonio

(Mas allá de la cordura)

Irene, después de haberme expresado su deseo,
de formar una familia,
deseo compartido, que se llevo a efecto,
de acuerdo a lo establecido por la sociedad,
me había expresado, querer conversar conmigo,
sobre aspectos de la vida conyugal,
que a su consultorio, con harta frecuencia le eran llevados.

Matrimonios que se disuelven,
a los pocos meses de haber sido contraídos;
y en ocasiones… hasta a los pocos días.

Sentados en un banco,
en el jardín de nuestra casa,
iniciamos la conversación.

-Alejandro,
de acuerdo a lo que hemos hablado tantas veces,
el matrimonio viene a ser… en muchos casos,
el comienzo de la muerte del amor.
Es un contrato notariado entre dos personas,
que solo tiene vigencia a nivel material.

Cuando el amor, con ese contrato,
se lo quiere mezclar,
se lo está devaluando.

El amor no se puede, a contrato alguno someter,
no se puede encadenar,
su libertad no se puede coartar.

Terminaría por morir,
como el pájaro silvestre,
cuando en una jaula se lo encierra.

Eso lo hemos hablado tantas veces,
y tu y yo sabemos,
que el matrimonio, como tal,
en nada contribuye,
al cultivo del amor.

Por favor,
dime que piensas al respecto.

-El contrato matrimonial en nuestro medio,
es la manera como la sociedad trata,
de garantizar a los contrayentes,
el cumplimiento de las responsabilidades,
inherentes, al mantenimiento y desarrollo de la familia,
en lo que respecta a lo material.

En nada se lo involucra, en la vida espiritual,
ni en el desarrollo del amor.
Al contrario, al amor se lo encadena, se le cortan las alas,
sobreentendiendo,
que el amor, a solo una persona,
limitado ha de quedar.
Es esto lo que tanto en el matrimonio civil, como en el eclesiástico,
se da a entender.

Aún mas,
la mujer pierde su apellido y pasa a ser,
de… fulano de tal.

Esto es nada mas ni nada menos,
que exaltar el ego:
“Ahora
¡dueño soy… de una esposa bella!”
“Ahora
¡dueña exclusiva soy de un marido buen mozo y cariñoso!”

En épocas lejanas,
para asegurar esa “propiedad” ,
se recurría… al cinturón de castidad.

Fatal error es exaltar el ego
¡veneno mortal para el amor!
Porque amor y ego-ismo,
¡incompatible son!
Como incompatible con el amor es…
la libertad del cónyuge coartar.

Un ser humano, algo divino, un misterio,
que infinitamente mas allá del cuerpo se extiende,
cuando se lo quiere poseer,
a nivel de un objeto… queda devaluado-
pero en la realidad,
eso es imposible lograrlo.

Su libertad de amar,
su infinita capacidad en este sentido,
limitados han quedado…
gracias a un contrato notariado.

Fatal error,
fuente de relaciones hipócritas,
que mas son la regla, que la excepción.

Solo en ausencia del ego…
un amor verdadero, puede existir.

Sin razones válidas,
la libertad de amar a otras personas,
queda legalmente prohibida.

Sin entender,
que tener amigas o amigos,
solo fortalece el amor conyugal.
Es que ese ego egoísta, celoso, desaparece,
dando lugar
a que la esposa o el esposo pasen ser…
la mejor amiga… o el mejor amigo.

Un amor verdadero, mucho mas allá del sexo está.

Pienso, que el matrimonio debería incluir,
ingredientes espirituales y psíquicos profundos,
en aras de una unión amorosa, permanente.

El matrimonio vienen a ser,
como la “piedra de toque”,
para la calidad del amor entre los cónyuges… evaluar

Nada como vivir,
eternamente enamorados;
en eso consiste el arte… del verdadero amor conyugal;
un amor que cada día renace… y se renueva.

En muchos matrimonios “estables”
ya el amor ha dejado de existir.
Por comodidad, por costumbre,
la pareja viviendo junta continúa,
pero en realidad,
la vida interior de cada uno,
se desarrolla en mundos diferentes.

Como no sea en la cama,
no hay tiempo para compartir.

Conocí a una familia,
que conciente de esta situación,
decidieron dedicar una hora cada día,
para “jugar familia” .

-Es muy importante todo lo que has dicho, Alejandro.
Si en una pareja existe un amor verdadero,
cuyo asidero es dar…
la felicidad del otro o de la otra,
es fuente, de la propia felicidad.

Cuando se quiere poseer al otro,
de manera exclusiva,
se está confundiendo al amor… con egoísmo.

Desafortunadamente…
es el egoísmo , lo que con creces prevalece.

-Te contaré Irene, una historia verdadera,
que poquísimos,
de quienes estas líneas, tengan la bondad de leer,
la podrán entender.

Hubo un matrimonio, en el cual ella…
profundamente a su esposo amaba.
Un buen día este le confesó,
que estaba enamorado de otra mujer;
y se fue a vivir con ella.

Y ante comentarios y preguntas al respecto,
ella expresó lo siguiente:
“Saber, que él encontró en otra,
la felicidad, que no le supe dar,
eso a mi amor por él, no lo puede afectar”.

Y en su última enfermedad, antes de morir,
fue ella,
quien con todo cariño lo cuidó.

Este fue un amor verdadero,
un amor sin ego,
un dar,
sin nada a cambio esperar.

Es que la felicidad no está en recibir,
está en el dar.

-Ciertamente, Alejandro,
cuando se ama de verdad,
la mente y el ego… presentes no pueden estar.

Con el amor,
totalmente incompatibles son.
Son como el agua y el aceite;
no se pueden mezclar.

Pero,
la mente y el ego,
como gata boca arriba se defienden,
se resisten a ser desplazados.

¿Sin ego y sin mente que queda?
Un vacío, que infunde miedo…
nos hace sentir desnudos, vulnerables.

Pero como en otra ocasión comentamos,
solo el vacío del que ama,
y el vacío del amado,
en uno solo se pueden fundir.

En eso consiste el amor, el verdadero.
Es algo muy bello, pero al mismo tiempo…
algo muy raro.
Son contados los privilegiados,
que esto lo hayan logrado realizar.

-Perfectamente de acuerdo, Irene,
pero hay otra cosa,
que la sociedad, ni ninguna de sus instituciones,
está dispuesta a aceptar:
EL AMOR A SI MISMO.
Y contra ello… ellas conspiran.

Si nos sentimos malos,
por fuera buscaremos como sentirnos bien.

En personas buscaremos,
a quienes,
de nuestras virtuales “culpas”… nos liberen.
Dependemos de ellas, para sentirnos bien.

En cosas materiales… la felicidad buscaremos,
y la seguiremos buscando,
donde nunca, la hemos de encontrar.

Quien a sí mismo se ama es libre…
no necesita de los demás,
Es que encuentra su bienestar, su felicidad,
dentro de si.
Es un rebelde a quien no es posible dominar.

Pero… quien no se ama a si mismo,
saber no puede, lo que es el amor;
y es imposible,
que lo que no se conoce… se esté en condiciones de darlo.

Cuando la felicidad se busca en otro, o en otra,
si el otro o la otra,
en las mismas condiciones se encuentra,
si ninguno tiene nada que dar.
¿cómo puede así… un matrimonio durar?

Agotada la miel de la luna,
enfrentando la lucha, por el diario subsistir,
cada día, mas se irá poniendo en evidencia,
que amor no hay,
es que nunca… un amor verdadero hubo.
Fue solo un sueño, una ilusión,
sin base alguna.

Cuando solo uno de los dos, tiene algo que dar,
es posible,
que el matrimonio pueda funcionar.

-Alejandro,
hemos hecho un análisis profundo,
de lo relativo al amor de pareja.
En ese sentido,
tenemos una experiencia personal que aportar.

Durante 3 años,
cultivamos una íntima amistad,
compartiendo nuestra vida espiritual…
viviendo separados,
y desde hace un año,
vivimos juntos, casados en matrimonio,
de acuerdo a lo pautado por la sociedad,
y la religión cristiana.

Pero,
indudablemente, hay algo que anda mal…
lo veo todos los días en mis pacientes:
Los matrimonios desechables in crescendo,
y la infelicidad conyugal por el mismo camino.

-Sí mi querida Irene,
me parece, que respecto al matrimonio,
hay conceptos, que con sentido crítico,
vale la pena considerar.

Empezaré por volver al tema,
del AMOR A SI MISMO.
Quien no se ama a si mismo,
¿cómo puede saber lo que es el amor?
y si no lo sabe
¿cómo puede darlo?
Ya eso lo comentamos.

Pero cuando se insiste,
en inculcarnos desde pequeños,
que somos malos, pecadores por naturaleza,
que tenemos partes de nuestro cuerpo,
que son pecaminosas,
¿cómo podemos amarnos a nosotros mismos?

Me parece,
que se trata de una interpretación equivocada.
Jesús fue muy claro, cuando nos dijo:
Ama a tu prójimo como a ti mismo.
Aquí no hay equivocación posible.

Nos está diciendo,
que el amor a nosotros mismos… es imprescindible,
para poder amar a los demás.
Pero en vez de estimularnos el amor a nosotros mismo,
es todo lo contrario lo que se hace,
se insiste… en hacernos sentir mal.

Aprendamos, y ayudemos a entender,
a quienes podamos,
que simplemente SOMOS
que nada de malo tenemos,
que nos aceptemos,
tal cual a este mundo vinimos,
que nada tenemos de que avergonzarnos,
que nada tenemos que esconder,
que desnudos podemos presentarnos,
y que nos amemos a nosotros mismos,
POR ENCIMA DE LOS DEMÁS.

No se trata de egoísmo:
el que se ama a si mismo… REPARTE AMOR,
el egoísta,
todo lo quiere para si,
también a los demás… los quiere poseer.

Hay otro aspecto muy importante.
El ego incompatible es,
con el amor a sí mismo.

Pero, para de fuera podernos manejar,
imprescindible es el ego…
se lo estimula…
cando nos condecoran, títulos nos otorgan,
cuando nos premian.
Lo contrario es válido:
denigrando del ego, cuando estorbamos,
tratan de hundirnos.

-Dispénsame que te interrumpa, Alejandro,
pero hay algo, que se me acaba de ocurrir,
y que a lo que has dicho,
quisiera añadir.

La única persona,
que durante toda tu vida te ha de acompañar,
eres TU.
¿No valdría la pena amarla…
y su amistad cultivar?

-Excelente Irene, así es.
Paso a otro punto:
A mi entender,
satanizar al sexo, es un grave error.
La relación sexual, es una función natural,
como el comer, como respirar.

Su importancia es trascendental.
SOLO A TRAVÉS DE ELLA,.. ES POSIBLE,
–NADA MAS Y NADA MENOS-
¡QUE LA PERSISTENCIA DE LA ESPECIE ASEGURAR!
BIEN ENTENDIDA… UN PECADO NO PUEDE SER.

OTRA COSA ES LA LUJURIA,
LA PROSTITUCIÓN.

A esa energía inmensa,
no se la puede ignorar,
no se la puede encasillar… no se la puede reprimir;
degradándola, condicionándola, satanizándola,
nada bueno se puede lograr.

Hacer del sexo un tabú,
es mucho el daño que se hace…
es la incitación a la perversión.
Lo prohibido tiene… la mayor atracción.

Al sexo es importante aceptarlo, entenderlo,
y con la ayuda del amor,
trascenderlo… a niveles superiores.

Como tercer punto,
lo siguiente quisiera comentar.
Cuando en la ceremonia matrimonial se menciona,
que los cónyuges deben amarse,
hasta que la muerte los separe,
se está pidiendo algo imposible.

El amor no conoce deberes,
no acepta imposiciones, ni dictados de la razón.
Relación alguna con la mente no tiene.
Es un misterio poderoso, que se siente…
en silencio,
que no se puede comprender,
que no se puede dominar.

Reprimirlo es vulnerar nuestra unidad.
En dos quedaríamos divididos,
en un parte que reprime, y una parte reprimida.
enfrentadas entre si,
en una lucha, que nunca ha de terminar.

Allá en el subconsciente… habrá de continuar,
originando – con todo lo reprimido un indefinido malestar-
cuyo origen, no lograremos encontrar,
y que hasta el fin de nuestros días…
nos ha de acompañar.

Aceptar y trascender, esta inmensa energía,
hacia un fin superior,
bellos frutos será capaz de dar.

El amor es muy frágil, volátil.
Solo se lo puede cultivar.

Es como una planta muy delicada,
que día a día,
por los dos requiere ser regada y abonada.
Solo así podrá bellas flores ofrecer,
y dulces frutos se podrán cosechar.

Me parece importante,
que los cónyuges –la mujer en especial-
estén concientes,
de que por el hecho, de amparados estar,
por un contrato matrimonial,
asegurado tienen su futuro.

Puede que esto así sea… en lo material,
pero ni remotamente,
en lo sentimental, en lo espiritual…
y una vida sin amor,
¿para que sirve?

Irene,
tu, seguramente tienes algo que agregar.

-Ciertamente… y algo muy importante.
No es lo mismo amarse y vivir separados,
que vivir juntos.

Dijo Nietsche una vez:
“Si los casados no viviesen juntos,
serían mas frecuentes los buenos matrimonios”.

La rutina…
todos los días lo mismo,
es un abrasivo,
que hasta con la alegría de vivir termina.

Convertir cada día,
en la estrofa de una bella poesía,
es un arte,
que solo es posible aprender,
tomando conciencia plena, con amor,
del fluir de los segundos, minutos, horas, días,
aceptándolos y disfrutándolos a fondo,
agradeciéndolos… como un bello préstamo,
del cual no sabemos,
si mañana… aún de él podremos disponer.

Vivir, como si fuésemos a morir mañana,
es una buena táctica.

Si ponemos atención,
cuenta nos daremos:
que así como el cielo… nunca, jamás se presenta igual,
cada día es diferente;
y cuenta nos daremos,
que la vida es como un río,
un fluir constante… hasta llegar al mar.

Vivir consiste en
aceptar con amor lo que la vida nos traiga,
lo bueno con alegría,
lo malo con resignación,
bailando al ritmo de su canción

-De acuerdo a lo que hemos conversado,
es evidente,
que cambios son necesarios,
en conceptos,
en ciertos conceptos arraigados en la sociedad,
que quizás en tiempos pasados… fueron necesarios,
pero que es urgente actualizar.

Difundir estos cambios,
en foros, cursillos, entrevistas televisadas,
prensa y paremos de contar,
es lo que se puede hacer.

Quizás tú Irene,
como psicóloga, se te ocurra,
realizar algo al respecto.

¿No quieres añadir algo
un broche de oro para terminar?

Recordemos…
que el amor es la fuerza mas poderosa que existe.
Dios es amor,
amor es… nuestro SER inmortal.

Solo con amor, ocurren milagros,
solo con amor,
sobre abismos insondables…
puentes se pueden tender.

Amor es el lenguaje universal,
que en medio del silencio… se logra descifrar,
¡hasta los animales lo logran captar!.

ANTARES






martes, 11 de agosto de 2009

IRENE II AMOR.



“SUEÑOS” de ANTARES

IRENE II
AMOR

(Mas allá de la cordura)

Esta vez, quise darle una sorpresa a Irene.
y la llevé a orillas de un río…
de un poza muy bella,
delimitada aguas arriba, por un enorme peñasco,
irregularmente redondeado,
que obligaba al río a bordearlo,
para lanzarse velozmente por un cauce estrecho,
limitado por piedras,
como si fuese un tobogán.

El borde de esa poza, del lado del camino que a ella conducía,
había una gran laja suavemente inclinada,
que hacia el fondo de la poza se perdía.

Las aguas eran bellamente cristalinas,
lo cual permitía, ver las sardinas que en ella vivían,
y ocasionalmente un “lajao”, bastante mas grande que ellas,
y así llamado, porque la mayor parte del tiempo,
bajo las piedras, permanecen escondidos.

Mas allá del deslizar de la corriente,
las aguas eran tranquilas.
Adornadas por florcillas amarillas,
provenientes de un árbol de vera,

que en la otra orilla crecía.

La poza era bastante profunda,
permitiéndole a uno,
lanzarse de cabeza,
desde lo alto del peñasco arriba mencionado.

Demás está decir, que las orillas,
estaban densamente cubiertas de árboles,
visitados por pájaros de diferentes especies y colores,
amén de Martín Pescadores,
que de piedra en piedra volaban.

Ocasionalmente llegaban,
pequeñas bandadas de pericos bullangueros.
Y una vez logré observar, una bandada de monos.

Es que conocía a fondo esta poza,
porque un par de años de mi niñez,
los viví no muy lejos de ella,
y con frecuencia la visitábamos,
para bañarnos y pasar un rato.

La laja inclinada, estaba bordeada de clavellinas,
que bellamente con sus flores la adornaban,
una mezcla de amarillo con anaranjado.
Dentro del medio familiar,
a esa poza la denominábamos
“Las Clavellinas”.

Un poco antes de llegar a ella,
hay una piedra, con petroglifos,
de los indios,
que primitivamente, habitaron ese bello valle.

A Irene le encanta la naturaleza,
al igual que a mi,
sentimos, que pertenecemos a ella,
somos parte de ella.

Era sin duda, el lugar apropiado,
para absolutamente relajados,
sentados sobre la laja inclinada,
conversar en meditación, sin la presencia del ego,
sin la presencia de una mente perturbadora.

- Irene, me expresaste anteriormente,
tu deseo de hablar sobre el amor.
Cuéntame… lo que llevas en tu corazón.

-En mi consultorio de psicóloga, son muchos los pacientes.
que me piden una opinión sobe el amor.
Y la verdad es, que a veces me siento insegura.

Entiendo, que así como sucede con la vida,
el amor es un misterio, muy profundo,
íntimamente ligado a la vida,
por lo tanto no se lo puede definir.
No es una cosa,
nace espontáneamente, no se puede imponer.
y si se trata de amor entre personas,
no se puede comprar, no se puede vender.

Aparece espontáneamente, como dije,
sin que intervenga nuestra voluntad.
Simplemente, se apodera de nosotros.

No tiene una explicación razonable,
pertenece al corazón,
y a ese reino … vedada tiene la entrada la razón.

Entiendo, que al igual a lo que sucede con la vida,
el amor hay que sentirlo,
y cada quien… lo sentirá a su manera.

Tu sabes que te amo,
pero te diré, que a veces me siento insegura, tengo miedo.
Es algo que no entiendo,
y por eso quise hablarte de ello. oír tu opinión.
Y es que es frecuente, que mis pacientes me consulten,
por tener miedo a amar.

-Bien sabes, amiga querida,
que el amor es lo mas poderoso que existe:
Jesús dijo “yo soy amor”,
y la sabiduría hindú, hace cinco mil años pregonaba,
que la “conciencia universal” es amor.

De acuerdo con esto, tendríamos que aceptar,
que el universo… sin amor, no podría existir.

Hijos de Dios,
nuestra parte inmortal, es amor

Pero esa parte no la conocemos,
porque la mente y el ego, no nos permiten llegar a ella.
Solo en meditación es posible alcanzarla.

Si logramos entender,
que integrantes del Universo somos,
las puertas se abren… al amor a nuestros hermanos,
a las flores, los ríos, el mar, el cielo, a las estrellas.
Pero cuando se trata de personas, la situación es diferente.

Muchos piensan, que el odio es la antítesis del amor,
la otra cara de la moneda,
pero no es así.
El odio es una modalidad del amor.

La otra cara del amor es el miedo.

Me explico:
El amor es una energía tremendamente poderosa,
que en el ser amado, busca un compañero, una compañera,
para compartirla con él, o con ella.
Pero el ego y la mente de la persona amada…
se resisten a ser desplazados,
a ello se oponen, con todas sus fuerzas.

Es que el amor y el ego-ismo son incompatibles,
y también lo son el amor y la mente, la razón.
.
Ellos dos, son el origen del miedo.
Sin ellos lo que queda es un vacío,
Y ese vacío, infunde miedo, terror a veces.

Para lograr afrontar ese miedo,
se requiere una enorme confianza,
confianza en si mismo, y confianza en el otro.

Amar es aceptar la fusión de dos espíritus, de dos almas,
que solo es posible,
cuando no existe ego, cuando no existe mente.

Así el amor se convierte en una comunión,
en la fusión de dos vacíos.
Solo dos vacíos, pueden fusionarse en uno.

De manera, querida Irene, que es natural,
que en algún momento,
hayas sentido miedo de amarme.

Hay quienes nunca superarán ese miedo.
como si su capacidad de amar, estuviese mutilada.
Cuando esto ocurre,
hasta al suicidio se puede llegar.

Otras veces el miedo viene, de experiencias anteriores.
Se amó a alguien “equivocadamente”
y fue traicionado (a),
“herido quedó el corazón”.
Hay temor de volver a amar.
Angustia, de eventualmente… no ser aceptado (a).

Pero hay aquí algo muy interesante,
que te quiero comentar.

Solo puede brindar un amor verdadero,
quien se ame a si mismo, antes que a los demás.
Solo una persona en esas condiciones,
puede un amor puro y cristalino dar,
sin contaminación con el ego.

Una persona así,
no puede ser traicionada, no pueden ser herida.
Satisfecha, con el amor que a si misma se tiene,
no necesita ser amada por otro.
Es que está en condiciones de dar,
sin nada a cambio exigir.
Solo un amor, contaminado con el ego,
puede ser traicionado, puede ser herido.

Ya conociendo el origen de ese miedo,
no te volverá a molestar.

Y llegaremos a amarnos de verdad,
sin limitar, en ningún momento, la libertad de cada uno.

Estos es muy importante.
Limitar la libertad del otro,
es asestar un golpe mortal al amor.
Solo en libertad, se puede amar “eternamente”.

Buen cuidado tuvimos los dos,
-gracias a nuestra formación-
de cultivar el amor a nosotros mismos-
de evitar –concientemente-
que nuestro cariño, se convirtiese en una dependencia.

Tu puedes ser feliz sin mi, y viceversa.
Así el amor que cada uno tiene…
con el otro lo puede compartir,
y eso es muy bello.

Quien no es capaz de amarse a sí mismo,
no puede saber lo que es el amor.
No puede dar lo que no tiene.

Como hijos del amor,
nacimos para amar y para ser amados.
Sin amor, la vida no vale la pena.

-Gracias Alejandro, ya me aclaraste mis dudas.

He pensado y sostengo,
que al final de la adolescencia,

al joven se le deberían impartir,
conocimientos básicos de sicología,
sobre todo,
para que logre amarse a si mismo,
y aprenda a diferenciar,
el amor verdadero, del falso
.
Este es un punto por demás interesante,
que me gustaría, que conversáramos mas adelante.

Pero hoy tengo algo muy importante, que decirte.

Nos conocemos desde hace muchos años,
y recuerda que habíamos convenido,
en conservar nuestra relación, a nivel de novios,
por miedo, a que de ir mas allá,
nuestro amor se marchitara.
¡Es lo que vemos todas los días!

Pero hemos crecido, ya no somos jovencitos,
hemos madurado… y yo pienso,
que estamos en condiciones,
de formar una familia…
y continuar siendo “novios”.

Tengo confianza, me siento con fuerzas, para lograrlo.
Tu sabes… tan bien como yo
que el amor es una fuerza,
esencialmente creadora,
aunque solo sea, compartiendo obras de caridad…
escribiendo un libro entre los dos,
y paremos de contar.

Sabemos los dos,
que el amor es como una planta preciosa,
que hay que cuidar, abonar y regar
TODOS LOS DÍAS.

Estamos conscientes los dos,
de que la rutina es el abrasivo,
que acaba con el amor,
amargando la vida…
convirtiéndola en un fastidio.

Sabemos que cada día es diferente,
que no hay dos días iguales,
y que es de nuestra responsabilidad,
configurarlos con alegría,
para que cada uno sea, mas bello que el anterior.

Me dijiste una vez que vivir es un verbo,
que se requiere estar conciente de ello,
y actuar.
Hoy te digo, que no olvidé esa verdad.
Amar también es un verbo. que requiere acción-
.
¿Qué me dices?

Tomándola de la mano, para ayudarla a incorporarse,
la abracé fuertemente
y como nunca… nos besamos..

ANTARES






IRENE I LA PREGUNTA TRASCENDENTAL.



“SUEÑOS de ANTARES"



IRENE (I)
LA PREGUNTA TRASCENDENTAL

(Mas allá de la cordura)

A veces nos hacemos preguntas,
que no tienen respuesta.

Tengo una amiga,
con un interés profundo, en el componente espiritual,
inherente al ser humano,
el que nos diferencia de los animales,
y nos permite tomar conciencia,
del mundo que nos rodea…
y de nosotros mismos.

A esa amiga la conocí desde niña,
y surgió entre los dos una gran empatía,
convirtiéndose ella en algo así, como una hermana del alma.
Tenía ocho años, cuando murió su madre.
Con, sus tres hermanitos menores.
a esa edad,
comenzaron a despertar, sus instintos maternales.
desarrollándose así, una madurez poco común.

Irradia un cariño, espontáneo, natural.
Es abierta, sincera, franca,
no carga máscaras ni maquillaje.
Su inteligencia es excepcional

Estudió psicología,
y de niña, con mucha vida,
se convirtió en una mujer muy bella, muy atractiva.

La mirada de sus bellos ojos verdes,
es tranquila y franca.
Revela una paz interior muy profunda,
una bella armonía, con su mundo íntimo,
y con el mundo que la rodea.


A esa paz interior… solo logran llegar,
los que a si mismo se aman, antes que a los demás.

Su persona, su parte espiritual,
en sintonía no están, con el mundo en que se mueve,
un factor importante, en las coincidencias que nos unen.

En consecuencia,
con frecuencia nos poníamos de acuerdo,
para conversar, para oír buena música,
y ocasionalmente para bailar,
algo que a los dos nos encanta.

Si su físico es bello,
mas bella es su parte espiritual.

Estuvimos de acuerdo,
en conservar esa íntima relación,
al nivel de algo así como un noviazgo,
nutrido por un amor,
a la altura de lo sublime,
donde lo sexual… era menos que secundario.

Es lo que sucede,
cuando el desarrollo espiritual, a un nivel ha llegado,
que muy por encima de lo zoológico,
se encuentra ubicado.

Para ese atardecer que les cuento,
planeamos recorrer una trocha boscosa,
en medio de una exuberante y estupenda naturaleza,
engalanada con orquídeas, pájaros y mariposas,
de las azules.

Esa trocha a una playa rocosa conducía
donde las olas al chocar,
en blanca espuma se convertían,

Mientras caminábamos,
Irene inició la conversación, contándome,
de una amiga que se le acercó para preguntarle,
si como psicóloga,
le podía explicar, que sabía ella de la vida.

-Le dije, que la vida es un misterio,
y como tal, imposible de definir.
Que la contestación a esa pregunta,
solo dentro de nosotros mismos,
podríamos encontrarla.

Que era algo que, concientemente, apartando a la mente,
había que sentirlo, que experimentarlo,
y que la respuesta, a que cada quien llegase,
sería única, exclusivamente suya.

Me gustaría un comentario tuyo, Alejandro.

-Lo que agregaría sería,
que vivir es un verbo,
y como bien dice la cultura quechua,
proveniente de los Incas,
somos responsables de entender,
que la vida es un regalo del mas allá,
un regalo precioso, que hemos de agradecer.

Somos responsable de aceptarlo,
y en alas del agradecimiento,
hacer de le él cada día,
una fiesta de crecimiento,
con alegría, bailando, cantando, amando,

Para ellos,
no ser feliz es un pecado.
Y cuando surge un problema,
lo resuelven bailando y cantando.

Continuó Irene contándome su conversación,
con la amiga mencionada.

--Le dije además que para mi, la vida no la podremos entender,
si a la muerte, no la logramos comprender.
Ella es… la otra cara de la misma moneda.

No es posible amar a la vida y odiar a la muerte.
Tanto mas miedo se le tenga a la muerte,
tantas mas limitaciones habrá,
para gozar de la vida.
Tanto mas se logre amar a la muerte,
tanto mas será posible amar a la vida.

Para entender esto, habría que, por lo menos admitir,
que la una sin al otra, no puede existir.
¿Podría acaso, existir el blanco, si no existiese el negro.

- Perfectamente de acuerdo, le dije.
A la muerte, habitualmente no se la acepta;
se prefiere, darle las espaldas,
sin darse cuenta, que aceptándola,
que tomando en cuenta su existencia,
es la única manera de vivir a fondo,
de realmente disfrutar de la vida.

Y no dejaríamos para mañana,
expresar amor a nuestros padres,
decirles te quiero a nuestro hijos y amigos y amigas,
de dar el beso que quisimos dar.

Y evitaríamos sentirnos mal -para siempre-
llevando flores a un velorio,
donde yace un ser querido,
a quien expresarle nuestro amor, nuestro cariño,
una y otra vez… lo dejamos para después.

Llegamos tarde, cuando con aquella expresión de paz,
que solo la muerte sabe dibujar,
ya no puede percibir,
la belleza… ni la fragancia de las rosas,
cuando no nos puede ver,
ni su mano inerte y fría tender,
cuando ya no puede, de nuestra compañía disfrutar,
ni con nosotros sus alegrías compartir.

A Irene… se le aguaron los ojos,
y diciéndome “te quiero”
me abrazó y me besó.

-Le decía yo a esta amiga, continuó ella,
que todo lo que hayamos recibido y adquirido en esta vida,
absolutamente todo,
es prestado, no nos pertenece,
y que en algún momento… sin saber como ni cuando,
habremos que devolverlo.

Teniendo esto en cuenta,
el apego a lo material y también a las personas.
desaparece.
Es una puerta que se abre, camino a la libertad, a la felicidad.

Le dije entonces:
-Se me acaba de ocurrir una idea:
¿Que tal si cada día, antes de comenzar la jornada,
nos hiciésemos la siguiente pregunta?

“SI TUVIÉSEMOS LA CERTEZA,
DE QUE MAÑANA SERÁ NUESTRO ÚLTIMO DÍA…
¿QUÉ HARÍAMOS?”

Seguramente, nuestra escala de valores. la iríamos rehaciendo,
refinándola cada vez mas, con mayor acierto,

Si la tomáramos en serio,
RESULTARÍA… UNA PREGUNTA TRASCENDENTAL,
.
Nos acostumbraría a transformar cada día,
en una despedida.
disfrutándolo… hasta mas no poder.

Se hizo de noche y la luna brillaba.

Tomados de la mano, a la luz de las linternas,
que previsiblemente llevamos,
a la orilla del mar llegamos.

Bajo las ramas de una Uva de Playa.
lo mas cómodamente posible,
apoyados en unos cojines, que en nuestros morrales llevamos,
sobre un peñasco nos recostamos,
con sendas frazadas arropados.

Abrazada,
su cabeza, con sus cabellos castaños,
que hasta la parte superior de sus espaldas le llegaban,
sobre mi hombro derecho reposaba.

En esas circunstancias, es fácil entrar en meditación,
en la meditación al estilo oriental,
que a nuestra parte inmortal, a nuestro SER, nos lleva.

Así fue.
Cada vez mas conscientes.
del maravilloso escenario, que nos rodeaba,
nos fuimos, integrando a él,
al universo, a su infinito silencio,
al terciopelo negro de la noche, a las estrellas, al mar…
plateado por la luz de la luna,
al rítmico batir de las olas contra los peñascos.

Lentamente, permaneciendo alertas,
nuestros ojos se fueron cerrando;
el ego desapareció… y la mente enmudeció,
el tiempo se detuvo, y la muerte no asustaba,
parecía sublime.

Nuestros corazones, en silencio conversaban…
habíamos llegado a nuestro SER,
a ese vacío inmortal.

Una relajación total,
una paz profunda, un bienestar indescriptible,
nos fue invadiendo.

Ya avanzada la noche,
renovados regresamos.
Mas allá del cuerpo, de la mente y del ego,
habíamos disfrutado,
de la paz y el amor, de nuestra esencia inmortal.

Sin gastar un céntimo habíamos VIVIDO,
habíamos percibido… la naturaleza de la EXISTENCIA.

Antes de despedirnos, Irene me manifestó,
que mucho desearía, que en condiciones similares,
en íntimo contacto con la naturaleza,
habláramos del amor:
es otro de los misterios… tan importante como vivir.

ANTARES