COMPARTIR
¿UNA UTOPÍA?
Para, de la belleza de la vida disfrutar,
es importante com-partir.
Es un arte.
Compartir las flores y los frutos, del jardín interior,
donde reina el corazón,
es aprender a dar con amor… lo mejor de si.
Si de una alegría se trata…
compartiéndola, se multiplica por dos o mas.
Una tristeza compartida,
queda dividida.
Para compartir, cada uno su tesoro espiritual,
imprescindible es… una relación sincera,
con el alma desnuda… sin máscaras,
sin egoísmo.
Solo así se puede lograr,
en medio de una ilimitada confianza,
sin tapujos… críticas sinceras, con amor expresar,
diferencias, con amor zanjar.
A las personas, con quienes compartir,
cuidadosamente… las hay que elegir.
Es un arte difícil,
que para ejercerlo… coraje se ha de necesitar,
concientes del riesgo,
que se ha de afrontar…
es que nos podemos equivocar.
Nos exponemos… especialmente por Internet,
a ser engañados, a ser traicionados.
Es que no faltan, quienes con el engaño y la ironía,
su ego alimentan.
Si de nosotros una mala opinión tenemos,
si capaces no somos, de amarnos a nosotros mismos,
compartir es imposible.
Para compartir habremos de entender,
que lo bueno y lo malo no existe
Son etiquetas, opiniones, cambiantes y variables,
acordes con los intereses… de quienes las imprimen
Ellas no son la verdad.
Compartir, es un fluir de doble vía,
una de ida y otra de vuelta.
Compartir es… la esencia de la amistad.
De jóvenes nos ensañaron,
mantener distancia con los demás,
creando, a nuestro alrededor
una muralla virtual,
para impedir así,
que nos puedan herir, que nos puedan traicionar.
Así, “encarcelados” habíamos de vivir,
sin nunca conocer, ni siquiera imaginar,
los espirituales tesoros,
de los otros.
Así a los otros,
nunca, de verdad los habríamos de conocer,
de ellos solo falsas opiniones, fruto de nuestra mente,
nos habríamos de formar.
Así, los malentendidos, fueron… y son lo habitual,
y con frecuencia, cuando los descubrimos,
ya es demasiado tarde,
para poderlos remediar.
Tal como arriba lo expresamos,
es cierto que vulnerables somos,
cuando sin máscaras, desnudos… nos presentamos.
Pero bien vale la pena, estos riesgos correr:
Son infinitos los tesoros, que cada quien posee,
es mucho, lo que compartiendo recibimos;
es mucho… lo que compartiendo crecemos,
es mucho, lo que compartiendo podemos dar ,
y dar es fuente de bienestar-
Vivir en libertad,
es el sendero, que contribuye a la felicidad,
sin el peso inmenso de las máscaras,
que a usar nos enseñaron,
para vivir esclavos… de la opinión de los demás.
Solo así es posible… compartir lo que somos,
compartir nuestro corazón,
con las verdades, y con el corazón… de los otros.
Diferente sería el mundo,
si a compartir… estuviésemos dispuestos.
Si dispuestos estuviésemos…
sin prejuicios, sin juzgarlos,
sin quererlos cambiar,
a entender… a aceptar a los otros.
ANTARES
¿UNA UTOPÍA?
Para, de la belleza de la vida disfrutar,
es importante com-partir.
Es un arte.
Compartir las flores y los frutos, del jardín interior,
donde reina el corazón,
es aprender a dar con amor… lo mejor de si.
Si de una alegría se trata…
compartiéndola, se multiplica por dos o mas.
Una tristeza compartida,
queda dividida.
Para compartir, cada uno su tesoro espiritual,
imprescindible es… una relación sincera,
con el alma desnuda… sin máscaras,
sin egoísmo.
Solo así se puede lograr,
en medio de una ilimitada confianza,
sin tapujos… críticas sinceras, con amor expresar,
diferencias, con amor zanjar.
A las personas, con quienes compartir,
cuidadosamente… las hay que elegir.
Es un arte difícil,
que para ejercerlo… coraje se ha de necesitar,
concientes del riesgo,
que se ha de afrontar…
es que nos podemos equivocar.
Nos exponemos… especialmente por Internet,
a ser engañados, a ser traicionados.
Es que no faltan, quienes con el engaño y la ironía,
su ego alimentan.
Si de nosotros una mala opinión tenemos,
si capaces no somos, de amarnos a nosotros mismos,
compartir es imposible.
Para compartir habremos de entender,
que lo bueno y lo malo no existe
Son etiquetas, opiniones, cambiantes y variables,
acordes con los intereses… de quienes las imprimen
Ellas no son la verdad.
Compartir, es un fluir de doble vía,
una de ida y otra de vuelta.
Compartir es… la esencia de la amistad.
De jóvenes nos ensañaron,
mantener distancia con los demás,
creando, a nuestro alrededor
una muralla virtual,
para impedir así,
que nos puedan herir, que nos puedan traicionar.
Así, “encarcelados” habíamos de vivir,
sin nunca conocer, ni siquiera imaginar,
los espirituales tesoros,
de los otros.
Así a los otros,
nunca, de verdad los habríamos de conocer,
de ellos solo falsas opiniones, fruto de nuestra mente,
nos habríamos de formar.
Así, los malentendidos, fueron… y son lo habitual,
y con frecuencia, cuando los descubrimos,
ya es demasiado tarde,
para poderlos remediar.
Tal como arriba lo expresamos,
es cierto que vulnerables somos,
cuando sin máscaras, desnudos… nos presentamos.
Pero bien vale la pena, estos riesgos correr:
Son infinitos los tesoros, que cada quien posee,
es mucho, lo que compartiendo recibimos;
es mucho… lo que compartiendo crecemos,
es mucho, lo que compartiendo podemos dar ,
y dar es fuente de bienestar-
Vivir en libertad,
es el sendero, que contribuye a la felicidad,
sin el peso inmenso de las máscaras,
que a usar nos enseñaron,
para vivir esclavos… de la opinión de los demás.
Solo así es posible… compartir lo que somos,
compartir nuestro corazón,
con las verdades, y con el corazón… de los otros.
Diferente sería el mundo,
si a compartir… estuviésemos dispuestos.
Si dispuestos estuviésemos…
sin prejuicios, sin juzgarlos,
sin quererlos cambiar,
a entender… a aceptar a los otros.
ANTARES
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